Jesús Alberto Rubio
Carlos Alberto Maldonado Othón, alumno del Programa de Doctorado en Biociencias en el Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora (Dictus), realiza un estudio cuyo objetivo es evaluar el uso del aceite de soya y dos harinas de microalga derivadas de Schizochytrium limacinum para el reemplazo de aceite de pescado en dietas para juveniles de Tototaba macdonaldi.
Esa especie, dijo, es un pez carnívoro endémico del Golfo de California que recientemente está siendo cultivado en el noroeste de México. “Es una variedad marina de rápido crecimiento y requiere alimento balanceado rico en proteína y lípido para satisfacer sus requerimientos nutricios, los que usualmente se satisfacen con harina y aceite de pescado provenientes de pesquerías de sardina”, afirmó.
Sin embargo, Maldonado Othón informó que se investigan diversos ingredientes para reemplazar dichos insumos por alternativas más sustentables y redituables para que no se altere la calidad del producto final, el filete de pescado.
Entre las fuentes de lípido alternativas que recientemente ha evaluado en colaboración con los académicos Mayra Lizett González Félix y Martín Pérez Velázquez, ambos profesores-investigadores del Dictus, se encuentran el aceite de soya y la harina de microalga S. limacinum.
Dio a conocer que su investigación se desarrolló en el Laboratorio Húmedo de Nutrición Acuícola en la Unidad Experimental Kino del Dictus, en donde se mantuvieron 25 juveniles de totoaba de 8.08 gramos de peso inicial en cada tanque experimental de un sistema de recirculación, alimentándose durante ocho semanas con dietas formuladas con 54% de proteína cruda y 14% de lípido.
“Se evaluaron tres niveles de reemplazo de aceite de pescado (33, 66 y 100%) y tres fuentes de lípido (aceite de soya y dos fuentes comerciales de harina de S. limacinum) en un diseño factorial 3 x 3, que se compararon con una dieta control de referencia formulada con aceite de pescado”, añadió.
Maldonado Othón indicó que cada dieta experimental se asignó a seis tanques replicados, y al finalizar el estudio se analizaron datos de crecimiento y supervivencia de los peces, así como la composición proximal y perfil de ácidos grasos del filete, hígado y dietas experimentales.
“Al finalizar el estudio se confirmó que los peces alimentados con harinas de S. limacinum tuvieron un mayor peso final (50.75 y 51.43 g) que aquellos peces alimentados con aceite de soya (41.13 g)”, comentó.
Asimismo, confirmó que la composición proximal y de ácidos grasos del hígado y del filete de los peces refleja la composición dietaria, por lo que aquellos peces alimentados con aceite de soya tuvieron mayores concentraciones de ácido linoleico, mientras que aquellos alimentados con harina de S. limacinum tuvieron altas concentraciones de DHA.
“Se confirmó que se puede lograr hasta un 100% de reemplazo de aceite de pescado por esta fuente de lípido en alimento para totoaba, logrando preservar el desempeño en crecimiento y supervivencia durante el cultivo”, dijo.
En igual forma, señaló que se constaron los beneficios en la calidad nutricional del filete para consumo humano, mientras que el aceite de soya redujo el crecimiento y los ácidos grasos altamente insaturados de la familia omega-3, se incrementó el índice hepatosomático y el riesgo de disfunción hepática en los peces.
Mayra Lizett González Félix, su asesora, informó que los resultados del estudio han sido publicados en el Journal Indexado Aquaculture (https://doi.org/10.1016/j.aquaculture.2020.735705), y que forma parte de la compilación de artículos con las que Maldonado Othón defenderá su grado en el Programa de Doctorado en Biociencias en el Dictus.